«Lo más importante es estar siempre
donde Dios quiere que estemos» G. Bernanos
El sábado 27 de enero de 2024, el Dios Trino se llevó a nuestra querida Hermana Marie-Gudrun
Hermana Marie-Gudrun Glückert
a la Casa del Padre, en su amor eterno.
El 13 de enero de 2024, la salud de la Hermana Marie-Gudrun era tan precaria que tuvo que ser trasladada al hospital de Timisoara, Rumanía. Los exámenes revelaron un cáncer avanzado que ya no podía ser operado. Para que pudiera recibir un buen tratamiento paliativo, su superiora la llevó en avión a Alemania el 16 de enero. Desde entonces estuvo hospitalizada en Tubinga, Alemania. Allí recibió la unción de los enfermos.
Después, su salud empeoró rápidamente, por lo que ya no la dejamos sola. Al atardecer del 27 de enero se fue tranquilamente al Hogar eterno.
A nosotros y a mucha gente nos choca que la Hna. Marie-Gudrun haya tenido que dejarnos tan pronto. Y, sin embargo, su fallecimiento en este día concreto, es también como una promesa para nosotras.
En este día, el 27 de enero, nueve jóvenes de seis países diferentes recibieron el vestido de Hermana como signo de aceptación en nuestra Comunidad (Hermanas de María de Schoenstatt).
Esperamos confiadamente en que la Hna. Marie-Gudrun seguirá apoyando desde la eternidad nuestra gran preocupación por las vocaciones a nuestra Familia y a todas las comunidades de Schoenstatt.
En una entrevista realizada por la Oficina de prensa de la Diócesis de Timisoara a la Hna. Marie-Gudrun en diciembre de 2020, ella misma nos relata sobre su vida:
«Nací el 5 de octubre de 1945 en Üchtelhausen, un pueblo cercano a la ciudad industrial de Schweinfurt, Baja Franconia/Baviera, Alemania. Crecí con dos hermanos y una hermana en una familia católica. En aquella época, nuestro pueblo aún se caracterizaba por una fuerte tradición católica. Un sacerdote del Movimiento de Schoenstatt nos introdujo en este Movimiento. Como la espiritualidad y los objetivos me atraían interiormente, me uní a un grupo.
Después de la Escuela primaria, estudié en la Escuela secundaria municipal de Schweinfurt, donde obtuve el diploma de graduación correspondiente.
Cuando tenía unos 14 o 15 años, me preguntaba qué dirección debía tomar en la vida, aparte de una carrera profesional. Un día recibí una tarjeta con una frase que se convirtió en un hilo conductor para mi futuro. Decía así:
«Lo más importante es, estar siempre
donde Dios quiere que estemos.” Georges Bernanos
Hasta que inicié mi formación como educadora, trabajé como empleada de comercio y luego como secretaria judicial en el juzgado de primera instancia de Schweinfurt, con el fin de crear una base económica para mi educación posterior.
De 1966 a 1968 asistí al Seminario de pedagogía social, de las Hermanas de María en Liebfrauenhöhe, cerca de Rottenburg am Neckar. Después pasé un año en Bamberg en un hogar de transición para hijos de repatriados alemanes de Polonia, Hungría, la antigua Yugoslavia y Rusia. Los niños y jóvenes debían sobre todo aprender la lengua alemana y familiarizarse con la cultura occidental. … Ese año fue una valiosa experiencia para mí y me dio una idea del modo comunista de educar y moldear. Aprendí lo que significa empezar de cero en un país extranjero, no entender el idioma y sentir nostalgia: Un primer «encuentro» con gente de países del Este».
A principios de septiembre de 1977 fue trasladada a la Provincia Dinámica y colaboró con la Rama de las Familias (del Movimiento de Schoenstatt) en las diócesis de Würzburg y Eichstätt, y también en Augsburg, de mayo de 1982 a diciembre de 1989.
De 1989 a 1991 fue Asesora interina de la Rama de las Familias; desde 1986 hasta 1998, fue Hermana del Consejo Provincial de la Provincia Dinámica.
En 1993 se retiró del trabajo con el Movimiento y sirvió a las Hermanas de la Casa provincial de Marienland como superiora durante seis años. Después fue superiora y directora del Centro de Eventos y Conferencias de Marienland durante 4 años y medio.
El 16 de noviembre de 2003 se produjo otro giro importante en la vida de la Hermana Marie-Gudrun. Lo relata en la entrevista mencionada anteriormente:
«Mis superiores me pidieron que asumiera el cargo de superiora Provincial de Baviera y de los países del Danubio (Austria y Rumanía). «¿Cómo va a suceder eso?», pregunté como la Virgen en la hora de la Anunciación. Recordé la frase: «¡Lo más importante es estar siempre donde Dios quiere que estemos!».
En los doce años siguientes también viajó varias veces a Rumania para tomar contacto con los obispos y conocer los hogares y las familias de nuestras Hermanas de Rumania. El Padre Kapor, uno de los primeros sacerdotes schoenstattianos en Rumania, la recordó en la Santa Misa del 16 de enero, antes de su partida a la eternidad: «¡Le agradecemos los caminos que recorrió como Superiora Provincial durante doce años, en Transilvania, en Sathmar, en Oradea, en Arad y en Timisoara, para preparar una nueva fundación, un nuevo hogar para sus Hermanas de Comunidad!».
Al finalizar su término como Superiora provincial, la Hna. Marie-Gudrun asumió en octubre de 2016 la dirección de la Casa y las peregrinaciones en el Centro de Schoenstatt en Waldstetten, Arquidiócesis de Friburgo.
Se alegró mucho cuando se fundó la primera Casa filial, con tres Hermanas en Timisoara, Rumanía, en la primavera de 2019. A principios del verano del mismo año, «el ángel del Señor» le trajo un nuevo «mensaje». Se trataba de una consulta sobre si podría ir a Rumanía para ayudar y apoyar a las Hermanas en Timisoara. Señaló:
«Con todo mi vínculo a Rumanía, aún no habría pensado en una misión específica en el lugar como tal. Pero entonces me volvió a la mente «mi frase»: «Lo más importante es estar siempre donde Dios quiere que estemos». El Padre Kentenich le dijo una vez a una Hermana: «La bendición de Dios te alcanza ahora donde debes ir». Así que no donde me gustaría quedarme, si no es la voluntad de Dios. Aunque para mí no era cuestión de decir sí a la voluntad de Dios, hubo que sopesar los pros y los contras, sobre todo teniendo en cuenta mi avanzada edad. El factor decisivo en mi decisión a favor de Rumanía fue el hecho de que ya tenía una relación con este país y que conozco a las Hermanas que están allí. El hecho de que estas Hermanas estarían encantadas de que viniera también me motivó e hizo más fácil el nuevo paso.»
La Hermana Marie-Gudrun formó parte de la Casa Filial desde el 23 de octubre de 2019. Ella era el alma, el corazón maternal de la Casa, una madre para el mundo – para las Hermanas de la Filial y los muchos invitados que venían en número creciente. En noviembre de 2023, muchos pudieron tener una vivencia de ella, todavía durante el encuentro «Juntos por Europa» en Timisoara.
Y ahora el cielo ha exigido una despedida tan rápida -.
En la citada entrevista, explicaba: «Para resumir mis experiencias, puedo decir que mi estancia en Rumanía… me dio cierta amplitud a mi horizonte vital y que envejecer puede tener oportunidades para nuevas perspectivas, nueva alegría de vivir y seguir teniendo un cierto toque de jovialidad.
También es agradable poder seguir realizando una tarea que contribuye al crecimiento interior y exterior. Estoy agradecida de poder utilizar mis fuerzas para ayudar al Movimiento de Schoenstatt en Rumanía a convertirse en una bendición para la Diócesis de Timisoara y para todo el país.»
Con gran alegría ha apoyado con sus oraciones los grupos schoenstattianos de la Rama de las familias, el grupo de la Virgen Peregrina de Schoenstatt (Mater Peregrina) y el primer grupo de peregrinación rumano-húngaro de estudiantes de Timisoara. Estamos convencidos de que la Hermana Marie-Gudrun seguirá acompañando desde la eternidad con gran interés el desarrollo de Schoenstatt en Rumania.