05.03.2024

Una vivencia de Pentecostés durante la Cuaresma

Hermana Gertrud-Maria Erhard
Hungría Budapest

Retiro en la vida cotidiana,

para mujeres jóvenes en Budapest (Hungría)

Durante una semana, del 18 al 24 de febrero de 2024,

organizamos un retiro de una semana en la vida cotidiana, para mujeres jóvenes a partir de los 16 años, dirigido por cuatro Hermanas (de María de Schoenstatt) – de Alemania, Suiza y Hungría – y dos Sras. líderes.

“Lo que fue muy bueno: experimenté aquí – lo que no es frecuente – un ambiente que irradiaba amor, – el Espíritu Santo estaba entre nosotros“, es como una estudiante resumió su experiencia. “Aquí pude sentir que estoy bien, tal como soy, me sentí en paz. Me sentí muy a gusto y bien. Aquí no éramos sólo amigas, era algo mucho más profundo, éramos más como una familia”.

Además de las obligaciones cotidianas de las chicas (muchachas), siempre nos hemos reunido para vivir experiencias comunitarias de mayor o menor envergadura: en oración, en conferencias, para dialogar en pequeños grupos y, por último, pero no por ello menos importante, en torno a la mesa del comedor común …

Lo más sorprendente fueron probablemente las profundas conversaciones que surgieron en torno a la mesa, en los más diversos ambientes, por lo que nos costó llegar al final (del Retiro): ¿Cómo descubrir al Dios de la Providencia? ¿Cómo puedo mantener una línea con el cielo en la oración en medio de la vida cotidiana, o en el silencio de un retiro? ¿Cómo tomo las decisiones correctas? ¿Adónde me lleva el camino de la vida? Y así sucesivamente.

Lo más sorprendente fueron probablemente las profundas conversaciones que surgieron en torno a la mesa, en los más diversos ambientes, por lo que nos costó llegar al final (del Retiro): ¿Cómo descubrir al Dios de la Providencia? ¿Cómo puedo mantener una línea con el cielo en la oración en medio de la vida cotidiana, o en el silencio de un retiro? ¿Cómo tomo las decisiones correctas? ¿Adónde me lleva el camino de la vida? Y así sucesivamente.

Pudimos experimentar un “terremoto de gracia pentecostal”, en el que también tuvo mucho que ver la buena comunicación en húngaro, alemán y sobre todo en inglés.

Todos los días teníamos la misma estructura del programa y cada una podía participar según sus posibilidades y su tiempo.  El núcleo estable estaba formado por 16 chicas. En total, más de 40 participaron en los programas.

Por la mañana, comenzamos con una oración de 7:00 a 7:30, seguida del desayuno. Estábamos disponibles para conversaciones personales. El almuerzo se sirvió a las 12:30 p.m., seguido de la adoración, de 3:00 a 5:00 p.m., 4:00 p.m.- Confesión, 5:00 p.m. – la Santa Misa, y luego la cena.

Todas las tardes, una de las Hermanas daba una charla y luego había intercambio en pequeños grupos.

El día terminaba con la adoración ante el Santísimo Sacramento.

” … las espinas dieron rosas …”

He aquí algunas de las impresiones del “eco” de las chicas al finalizar el Retiro:

Una Comunidad de corazones

“Este lugar y la gente de aquí significan mucho para mí. Me alegré mucho de poder vivir esta experiencia aquí con las Hermanas. También me beneficié mucho de las charlas. Fue muy bueno poder hablar con una Hermana en persona y en la noche con las otras chicas. Realmente recargué las “baterías (pilas)”. Fue bueno pasar tiempo juntas y reírnos mucho”.

Una comunidad de mesa

“Las comidas eran muy especiales – para mí no eran simplemente cenar, sino una experiencia de Tabor. Era bueno estar juntas. Pude vivir la experiencia de ser un instrumento y reponer fuerzas. Experimenté la” energía femenina” de una manera alentadora. Lo experimenté aquí como hermanas.”

Una comunidad de vida

“La primera noche pensé: voy a ver cómo resulta, no traeré mucho, luego será más fácil dormir en casa. No pensaba que dormiría siempre aquí. No pensé que sería tan hogareño.

El programa del día era muy bueno, incluida la libertad de ir y venir. En cuanto a la organización, quizá era difícil porque no tenías que comprometerte, pero precisamente por eso me comprometí.”

Una comunidad de oración

“Vine aquí por casualidad. Sentí el ambiente y me quedé hasta el final. Me llevo conmigo: la serenidad que cada una irradiaba. También sentí el ambiente familiar. Fue bueno empezar el día rezando y terminarlo así, eso fue una base…”

Conclusión

En la sesión concluyente, no quedó duda de que nos gustaría organizar otra semana de retiro, de este tipo. A la pregunta, de qué podríamos hacer aún mejor, la opinión unánime fue que deberíamos publicarlo mejor, de antemano en las redes sociales.

También se rezó mucho por nosotras, lo que experimentamos muy intensamente. Así que pudimos vivir Pentecostés y el Tabor con gran gratitud –

Vivencias de Pentecostés y de Tabor en plena Cuaresma.