08.07.2023

“¡Toma mi sí!” – 07

Candidatas de las Hermanas de María de Schoenstatt
Schoenstatt, Alemania

         

         

 

 

       

               Belén

 

 

 

 

¡Hola! Me llamo Belén, tengo 28 años y soy de Paraguay.

En el 2018 me recibí de Licenciada en Fonoaudiología.  Me encanta bailar, los deportes,  ver películas y disfrutar con amigas. Pero podría decir que lo que más me gusta hacer es hablar  y pasar tiempo con mi familia.

Conocí  Schönstatt a los 10 años, cuando ingresé a un grupo de Apóstoles de María. Yo no entendía muy bien como “funcionaba” todo, pero lo que más me gustaba era poder compartir con chicas de mi misma edad y hacer amigas. Con el tiempo, empecé a entender que era esa la atmósfera donde yo quería pertenecer y seguir creciendo. Es así como la Mater empezó a preparar mi corazón.

En los últimos años de facultad comenzaron a aparecer diferentes preguntas en relación a mi vida futura. Al comienzo eran vinculadas a la carrera que estaba terminando, pero una pregunta llevó a la otra y así llegué a una central: ¿Que quería Dios o que tenía Dios pensado para mi vida?

Responder a esta pregunta me llevó mucho tiempo. Dios tocaba la puerta de mi corazón y yo, una y otra vez lo ignoraba.

Era como jugar a las escondidas.

Esa pregunta permaneció latente en mi corazón y eso fue agotador, porque en vez de simplemente dejarlo entrar, yo me esforzaba por seguir viviendo a mi modo y eso me requería mucha fuerza.

Algunas de las cosas que me ayudaron para poder responder a esta pregunta fueron:

Apertura del Corazón.
A mí me pasaba que yo le hacía esa pregunta a Dios pero al mismo tiempo me cerraba a su respuesta, pensando que yo tenía el “control de mi vida”. Cuando decidí darle a Dios su espacio para que fuera Él quien se manifestase, experimenté a un Dios que es Padre y que solo quiere lo mejor para mí.  Ahí comprendí que quien tocaba la puerta solo quería mostrarme un regalo.

Oración.
En la oración pude entrar en diálogo con Dios, aunque muchas veces se me dificultaba escucharlo, sentía que estábamos en diferentes sintonías. Fue un constante pedir que me diera la gracia de entender su querer. Yo me preguntaba si mi camino sería para la Vida Consagrada o la Vida Matrimonial.

Animarse a Responder.
Yo sentí Paz cuando por fin pude pronunciar esa palabra monosílaba, tan simple y corta, pero tan importante: SÍ.

¿Por qué elegí a las Hermanas de María?

Cuando descubrí que la Voluntad de Dios para mí era que yo le consagrase mi vida, no tuve dudas de que era en la comunidad de las Hermanas de María. En ellas puedo ver cómo cada una encarna a María con su propia autenticidad y así la lleva al mundo.

¡Animate a ser instrumento de Dios y a

vivir esta aventura de Amor que comienza con un hermoso SÍ!