Y por cierto: un curso pedagógico a distancia
Con gran alegría y gratitud, completé mi curso de pedagogía, en línea (online) en diciembre de 2022, después de ocho semestres de aprendizaje intensivo. Como era un curso de enseñanza a distancia, pude llevarlo a cabo además de mis tareas en la Comunidad de las Hermanas de María de Schoenstatt y la Lichtzeichen e.V.[1]
El hilo rojo a través del estudio
El tema de mi tesis, ya estaba claro antes del inicio de mis estudios. Quería escribir sobre lo que nos conecta emocionalmente con otras personas, con lugares y valores desde el comienzo de la vida, y cómo el desarrollo positivo de estas relaciones nos hace seguros de nosotros mismos y fuertes. Formulado científicamente: sobre los vínculos afectivos y su importancia para el desarrollo integral del niño en la primera infancia. Este deseo nació a través de conversaciones con jóvenes y adultos, a través de observaciones y experiencias que había adquirido a lo largo de los años trabajando con niños en una guardería (jardín infantil) en Brasil, mi país de origen, y durante la pasantía en Lichtzeichen e.V.
El objetivo: el desarrollo orgánico
Una frase del Padre José Kentenich me señaló el camino:
“Normalmente, un niño debe crecer en un organismo completo de vinculaciones. Tiene que crecer en conexión con lugares, personas e ideas”.
…para desarrollarse orgánicamente. Henri Wallon (1879-1962), psicólogo francés, lo expresó de esta manera: “El factor decisivo es el todo, no las partes”. Por lo tanto, es importante considerar a la persona en su totalidad.
¿Qué sucede cuando faltan relaciones de apoyo?
Si observamos la situación familiar de la mayoría de nuestros niños y estudiantes en todo el mundo, podemos ver que se enfrentan a experiencias dolorosas y a menudo traumáticas desde una edad temprana. A menudo hacen que sea imposible experimentar la primera infancia como un momento despreocupado y feliz, rico en descubrimiento y aprendizaje. Estas experiencias dolorosas incluyen: pérdida (muerte o separación/divorcio de los padres); rechazo y abuso; indiferencia y negligencia por parte de los padres y/o cuidadores; la sobrecarga causada por el estrés emocional y, finalmente, la ausencia de vínculos afectivos positivos en los primeros años de vida.
Seguridad, confianza en sí mismo y apreciación
El objetivo de mi trabajo fue reconocer cómo tienen lugar los procesos de vinculaciones entre madre-hijo, niño-persona a la que se vincula; qué contribuciones hacen estos vínculos al desarrollo integral del niño y qué consecuencias puede tener su ausencia. Pude estudiar y observar esto extensamente durante mi pasantía en Lichtzeichen e.V. con sus diversos contactos.
Quedó claro que el desarrollo orgánico del niño a la edad de 0 a 6 años depende de alguna manera de la calidad de los vínculos afectivos construidos en esta etapa de la vida. Es a través de ellos que el niño recibe la seguridad, la confianza en sí mismo y el aprecio que le permiten moverse de manera autónoma y libre, explorar el entorno en el que vive, tratar con las personas y enfrentar diferentes situaciones de manera positiva.
Una comprensión más profunda del desarrollo humano
Educar significa servir, nutrir y promover la vida que se nos ha confiado. Por lo tanto, es necesario conocer, reflexionar y profundizar los procesos relacionados con el desarrollo humano para el bien de la sociedad.
Mi educación me ha dado una comprensión más profunda del desarrollo humano y las deficiencias que muchos sufren. Trabajar con mujeres embarazadas en situaciones de vida precarias, con madres jóvenes y niños, me permite contribuir con mis experiencias de manera positiva. Por esto estoy profundamente agradecida.
“El hombre debe atar de alguna manera todos los hilos de su alma en el plano natural.
Si no está atado, o si carece de vínculos, sufre una ruptura en su alma.
El ser humano que se desarrolla normalmente necesita un organismo de vinculaciones:
Tiene que estar vinculado a personas, lugares e ideas”. (Padre José Kentenich)
[1] Más información: Lichtzeichen e.V., www.lichtzeichen.org