30.11.2019

La mujer del nuevo comienzo

Hna. M. Adele Gertsen

  – Para el Adviento –

“El camino por el que Dios vino al mundo
es también el camino por el que el hombre va a Dios.
Este camino se llama María.” (J. Kentenich)

En las tinieblas del primer Adviento, María dio a Dios un SÍ incondicional. Ella es la mujer del nuevo comienzo. Ella es el signo de esperanza en todas las tormentas e incertidumbres de nuestro tiempo. Una vez escuchó las palabras: Nada es imposible para Dios. Donde María aparece en escena, la atmósfera de resignación, de pesimismo, se transforma en un clima de esperanza en las posibilidades ilimitadas de Dios

En Schoenstatt haceos una alianza de amor, una alianza de amor con Ella. Siempre podemos estar seguros de su amor por nosotros. Ella es nuestra Madre. Cristo, el Señor, nos la dio desde la Cruz como su legado. Su amor maternal es para todos. Ella sigue a todos y se preocupa por todo, sobre todo por nuestra salvación eterna.

Un proverbio dice:

“Toda necesidad humana requiere de la madre.”

 Llamemos también hoy a la Madre en nuestra necesidad personal y en la necesidad de la Iglesia de hoy. Ya los discípulos de Jesús se reunieron alrededor de esta Madre, cuando después de la ascensión del Señor, estaban desconcertados y temerosos  con las puertas cerradas. Unidos en la oración con María sucedió el milagro de transformación: La venida del Espíritu Santo, que los hizo testigos valientes de Cristo y condujo a la Iglesia a un futuro brillante. Esta alegre confianza también puede llenarnos a nosotros.

Invitamos a la Santísima Madre María a caminar con nosotros durante el Adviento. Ella nos acerca a Cristo y al Dios Trino. Ella puede ayudarnos a decir nuestro sí a la voluntad de Dios para nuestra vida concreta según su ejemplo. Así es se hace Adviento en nosotros. Así abrimos nuestro corazón a la luz del nuevo nacimiento de Cristo, nuestro Redentor, en nosotros. Este es nuestro mejor regalo de Navidad.