Inicio solemne del mes de mayo en “Schoenstatt-Au”, Borken/Alemania
Nosotras, las Hermanas de María de Schoenstatt, celebramos el inicio del mes de mayo – el Mes de María – y quisimos invitar a todos a unirse a esta celebración en “Schoenstatt-Au”, en Borken. Y nos fue regalada una vivencia alegre y profunda.
“¡Esta tarde nos causó una gran alegría!” Esta impresión espontánea de un peregrino fue confirmada por una señora: “¡Esta ha sido una verdadera fiesta de la fe! ¡Qué hermoso es celebrar la fe junto a tantos creyentes!”
La celebración en la víspera del mes de mayo, el Mes de María, se convierte en un mensaje auténticamente alegre, en un llamado a un nuevo comienzo, en testimonio de una comunidad de fe viviente, esto en medio de la crisis actual de la Iglesia y del mundo.
Una alegría que puede cambiar el clima
Cuando el obispo auxiliar, Mons. Lohmann, inició la celebración entrando en la Iglesia junto con sacerdotes, el diácono y los monaguillos, se le notaba una gran alegría en el rostro, una alegría capaz de transformar silenciosamente un clima de temor atribulado por el futuro en una atmósfera de cristianismo vivido alegremente.
Otra tarde muy diferente, la tarde del horror por el incendio en la catedral de Notre Dame en Paris, fue el impulso del eje temático de esta celebración: ¡El alma de Europa arde!
No solo el famoso edificio de la capital de Francia se ha dañado sino también el alma cristiana de Europa.
En su sermón entusiasta, el obispo auxiliar Mons. Lohmann dejó en claro que Europa no es una unión de ideas económicas respecto al dinero, a la influencia, al poder, a la posesión de lo que se ha convertido en importante para uno. Cualquiera que lo vea de esa manera no ha entendido nada de Europa. Para nosotros, como cristianos, se trata de llevar una Europa en el corazón así como lo expresan las doce estrellas de oro de la bandera azul europea – e inscribirla así en nuestras banderas: como comunidad de valores cristianos; como comunidad de creyentes que, como los apóstoles, acuden con anhelo y confianza a María y rezan con ella por las llamas del Espíritu Santo, por las llamas de un nuevo comienzo para una Europa cristiana.
Por una Europa cristiana
El coro “Emaús” merece especial gratitud, tanto por los instrumentalistas y el organista como por su apasionante canto y música.
Que en esta tarde tuvo un papel preponderante el futuro cristiano de Europa, lo manifestó Lino, a la cabeza de los abanderados. Llevaba en su mano un conjunto de banderines de las naciones de Europa, seguido por la bandera de Europa y las banderas de Schoenstatt. Durante la procesión con velas al santuario de Schoenstatt, éstas se convirtieron una señal elocuente de la oración y el canto en común pidiendo por buenas elecciones para Europa, por mujeres y hombres responsables, que vuelvan a poner de relieve la herencia cristiana de Europa, velando por una política adecuada al tiempo.
Un grupo de la orquesta de vientos de Borken quiso hacer resonar en su año jubilar los cantos a María conocidos y tocar así los corazones: “María, Reina de Europa, muestra que eres una Madre, donde la necesidad es mayor….”.
Más de ochenta santuarios en el continente europeo
Sí, toda nuestra confianza está puesta en Ella, la Virgen de Schoenstatt, quien, entre tanto se ha establecido en más de ochenta santuarios de Schoenstatt en el continente europeo, repartiendo abundantes dones y gracias. A Ella se volvió Mons. Lohmann al expresar su convicción: “Tú, María, nos llamas a volver a encender a los hombres y los pueblos de Europa con el fuego del amor divino, con SUS llamas que purifican y acrisolan, que vencen lo antidivino y renuevan desde lo profundo del corazón …”. Con mucho gusto y de todo corazón nos ponemos a disposición de la Reina de Mayo para esta misión: pedir una nueva irrupción de la vida cristiana en Europa y dar pasos pequeños para alcanzarlo en cada ámbito de vida concreto.
Cuando la orquesta de vientos inició el Te Deum y toda la asamblea lo entonó, seguramente muchos sintieron lo mismo que una señora que expresó: “Sencillamente quiero agradecer por la realización hermosa de esta tarde. El inicio de Mayo con la hermosa liturgia, con el coro y la procesión que le siguió me hizo muy bien.”
Y algunos huéspedes de los estados alemanes del este que están en estos momentos en Schoenstatt-Au, manifestaron: “Un inicio de Mayo no lo he vivenciado nunca. Gracias por esta tarde maravillosa.”
Nosotras, las Hermanas de María, queremos transmitirle expresamente esta gratitud a todos aquellos que se pusieron a disposición gratuitamente para los más diversos servicios, sea en el trasfondo o en el primer plano. Gracias de corazón, que Dios les retribuya cada pequeño servicio.
Que todo esto sea fecundo para una buena elección en Europa y por un futuro de Europa con el sello cristiano.